LA CALMA



 El vocablo griego kaûma, que puede traducirse como “bochorno”, llegó al latín como cauma. En el castellano derivó en calma: un estado de quietud, serenidad, sosiego o reposo.


El concepto suele utilizarse en la meteorología cuando el viento sopla a una velocidad inferior a 1 kilómetro por hora. La calma, por lo tanto, aparece cuando no se registra viento a la atmósfera. Por ejemplo: “Desde hace dos días el viento está en calma”, “Si el tiempo sigue en calma, mañana iremos a navegar”.


Por extensión, se habla de calma cuando alguien o algo está en paz, sin que existan sobresaltos: “No se preocupe, jefe: en la oficina está todo en calma”, “Vamos a esperar los resultados de la elección en calma”, “No sé cómo logré mantener la calma en una situación tan difícil”.


En ocasiones la calma es una condición o una cualidad que se le pide a una persona. Supongamos que un hombre ingresa a los gritos a la oficina de atención al cliente de una empresa de telefonía, furioso porque el servicio no funciona y porque además le aplicaron un aumento del 25% a su abono mensual. Al ver el estado de nerviosismo del sujeto, un empleado de la compañía le pide “calma”: le solicita que deje de gritar y lo invita a sentarse para conversar y así analizar de qué manera se puede resolver su problema.



Dada la diversidad que podemos apreciar en cualquier grupo de personas, la calma no es una cualidad que se encuentre en igual grado en todos los seres humanos, sino que cada uno puede experimentarlo de forma diferente. En el habla cotidiana, solemos decir que alguien es «tranquilo» si su carácter no lo lleva a enfadarse con facilidad, si habla de forma suave y pausada; en este caso, podemos decir que se trata de un individuo que experimenta la calma con frecuencia.

Por otro lado, las personas «nerviosas» son aquellas que nunca pueden relajarse por completo, que parecen encontrarse en un estado de constante actividad, ya sea física o mental. Esta forma de ser puede afectar negativamente a su entorno, ya que la ausencia de calma es algo que no muchos aprecian; sin embargo, para el sujeto puede ser absolutamente normal estar siempre en movimiento.


Esto nos lleva a pensar que la calma en el carácter de una persona no es un concepto que pueda medirse con la misma facilidad que al analizar el viento, ya que cada una lo interpreta a su manera. Cuando le decimos alguien «no te alteres» y nos responde «es que no estoy alterado», a pesar de que desde nuestro punto de vista lo esté, advertimos quizás la diferencia con la que cada uno entiende las emociones.


De todos modos, sí existe una convención que la mayoría de la gente puede comprender con respecto al concepto de calma, y se suele representar con diversos símbolos o escenas simbólicas, como ser un atardecer junto al mar, un banco en una plaza con abundante naturaleza y sin bullicio, una cena bajo la luz de las estrellas… Por lo general, los seres vivos apreciamos la calma, ya que se trata de la sensación opuesta al miedo, a la percepción del peligro.


Calma, por otro lado, puede ser la interrupción, la detención o el paro de algo, fenómeno que por lo general tiene una connotación negativa para un grupo de gente, ya sea un sector de la industria o la sociedad en general: “Las políticas del gobierno provocaron una calma en las inversiones”. En este sentido podemos relacionar el término calma con el silencio musical, que consiste en una interrupción momentánea de la melodía.



Grandes frases sobre la calma y el sosiego

No podemos frenar el ritmo de vida actual, pero sí podemos intentar que en nuestro entorno personal exista el mayor nivel de calma posible, relajarnos diariamente haciendo aquellas cosas que más nos gusten como tomar un baño o leer un libro, nos ayudará a mantener bajos nuestros niveles de estrés.


A continuación podrás descubrir el TOP TEN de una selección de las 85 mejores frases de Calma y Sosiego, unas frases que nos hablarán sobre la importancia de llevar una vida más tranquila.


1. Cosa por demás sabida es que el esperar no agrada, pero el que más se apresura no es el que más trecho avanza, que para hacer ciertas cosas se requiere tiempo y calma. (Charles Perrault)

El tiempo y la calma serán necesarios para poder cumplir con nuestro objetivo, como se suele decir, “vísteme despacio que tengo prisa”.


2. La paciencia no es la capacidad de esperar. La paciencia es estar tranquilo sin importar lo que suceda, tomar medidas constantemente para convertirlo en oportunidades de crecimiento positivo y tener fe para creer que todo funcionará al final mientras esperas. (Roy T. Bennett)

Para poder ser personas pacientes también deberemos ser personas calmadas, la calma es quizás la madre de la paciencia.


3. Tome las cosas con calma, porque si las comienza a tomar seriamente, llegan a su fin. (Jack Kerouac)

Hacer aquello que más nos gusta con calma, nos dará la oportunidad de disfrutar el momento mucho más.


4. La vida es como un viaje por la mar: hay días de calma y días de borrasca; lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco. (Jacinto Benavente)

Los días de ajetreo nos enseñan a valorar la importancia de la calma.


5. No hay más calma que la engendrada por la razón. (Séneca)

Para poder mantener la calma, nuestra mente deberá colaborar. Mantener nuestra mente serena será necesario para poder estar más calmados.


6. La tranquilidad perfecta consiste en el buen orden de la mente, en tu propio reino. (Marco Aurelio)

Meditar puede ayudarnos a calmar nuestra mente y espíritu. Tomate el tiempo de pensar tranquilamente cuando lo necesites.


7. Hay mucha belleza, mucha verdad y amor a nuestro alrededor, pero muy pocas veces nos tomamos las cosas con la suficiente calma para apreciarlos, como para darnos cuenta. (Brian Weiss)

Es cierto que para poder apreciar las cosas más sencillas y bellas de la vida, deberemos vivir de una forma mucho más calmada.


8. El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad. (Johann Wolfgang Goethe)

Poder llegar a dominar un arte puede llevarnos mucho tiempo, y para ser pacientes necesitaremos también poseer la calma suficiente.


9. Una vida feliz consiste en tener tranquilidad de espíritu. (Cicerón)

La felicidad no viene sino en la calma, los momentos más tranquilos suelen ser también los más felices.


10. Un samurái debe mantener la calma en todo momento, incluso en la cara del peligro. (Chris Bradford)

Los samurais eran asesinos realmente fríos y podían mantenerse calmados en todo momento.


9 consejos para mantener la calma en momentos difíciles

La psicóloga española Patricia Ramírez da nueve consejos para mantener la serenidad en situaciones complicadas

Meditar y vivir el presente son algunas de las claves para saber gestionar los problemas

No desear controlar la incertidumbre y centrarnos en lo que realmente podemos controlar, nos ayudará a inviertir energía, esfuerzo y emociones en el lugar correcto

La psicóloga Patricia Ramírez nos ofrece 9 consejos para tener serenidad cuando vivimos momentos de incertidumbre y crisis. Cuando estamos ante una situación delicada, solemos perder la seguridad y la confianza: "tenemos la sensación de que toda nuestra vida se tambalea", dice la experta. ¿De dónde tenemos que tirar para seguir adelante? ¡Estos son los nueve consejos de Patricia para mantener la calma cuando la vida nos agita!


1. Empezar por los cimientos de la psicología: dormir, ejercicios y alimentos saludables

Los cimientos son aquello que regula nuestros neurotransmisores: dormir y descansar, comer de forma saludable, hacer ejercicio y tener una vida en la que nuestros pensamientos estén distanciados de nosotros cuando son preocupaciones inútiles.


2. Meditar

La meditación y las técnicas de relajación muscular nos ayudan a mantener nuestra mente en calma en el momento en el que tenemos la sensación de que todo se revoluciona. Además, meditar regula también nuestros neurotransmisores y nos permite tomar distancia con aquello que nos preocupa.



A la meditación habitualmente se le atribuyen numerosos beneficios sociales. THINKSTOCK


3. Desatender lo que no depende de ti

Tenemos un tráfico de miles de pensamientos durante el día, muchas de esas preocupaciones no las podemos resolver por nosotros mismos pero aún así nos quitan la energía porque les prestamos atención. Tenemos que tratar de tener un mantra que nos distancie de aquello que no podemos controlar.


4. Lo controlable bajo control

Ante cualquier situación de crisis, de incertidumbre o cuando la vida se tambalea, todo aquello que tú puedes hacer, tienes que hacerlo. Eso es una conducta responsable.


5. No a la multitarea

En un momento de crisis también queremos llevar todo para delante porque nos da la sensación de que nos estamos ocupando de las cosas que nos preocupan. Sin embargo, la multitarea nos quita toda nuestra calma e impide que seamos eficaces resolviendo nuestros problemas.


6. Orden basado en rutinas que nos den seguridad

Igual que ocurrió durante la pandemia que tuvimos que cambiar nuestro estilo de vida, intentar mantener las rutinas que nos dan seguridad con los horarios, con las fechas o con nuestros hábitos de vida saludable, nos va a dar paz y tranquilidad.


7. No desear controlar la incertidumbre

La incertidumbre no se puede controlar y cuando tratas de hacerlo inviertes energía, esfuerzo y emociones en el lugar equivocado.


8. Placer anticipatorio

Se trata de visualizar e intentar anticipar todo aquello que puede salir bien porque así nuestro cerebro se enfoca en la parte positiva de una crisis.


9. Vivir el momento presente

Si vivimos el presente, nos permite estar en lo que tenemos que estar. Lo único que tú puedes solucionar ahora es lo que está ocurriendo en este momento.


Estos son los 9 consejos de la psicóloga Patricia Ramírez para aprender a mantener la calma y la serenidad en momentos delicados. Y para ti, ¿cuál sería el décimo?



Comentarios

Entradas populares